Como cada año, el último domingo de septiembre se celebró el Día Mundial de las Personas Sordas. Este año, coincidiendo con el 75 Aniversario de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE), se organizó una gran fiesta en Madrid el pasado 24 de septiembre.
Así que María (una compañera con la que hice el ciclo de intérprete) y yo, hicimos el petate y allí nos fuimos dispuestas a pasar un finde de lo más “sordo”.
Desde el mismo sábado por la mañana en el mismo aeropuerto, usamos nuestras manos para comunicarnos.
Cuando llegamos a Madrid, lo primero que hicimos fue ir a casa de nuestros anfitriones (desde aquí, mil gracias por la acogida!) a dejar las cosas, y volando a Moncloa a por un autobús especial que nos llevaría al Complejo Deportivo de Sotomontes donde se celebraría la “fiesta”.
Al llegar nos quedamos un poco impresionadas de qué era aquello, montones de gente en “silencio”, moviendo las manos.
El espacio la verdad es que era idóneo, gracias al buen tiempo pudimos disfrutar de los jardines, y pudimos pasear por allí tranquilamente. Había varias carpas, una central que estaba el escenario y ejercía de “salón de actos”; otra en el que había unas exposiciones; otras carpas dedicadas a las diferentes Federaciones; una carpa dedicada a niños… vamos, que estaba muy bien montado.
Tras ver la inauguración oficial por Concha Díaz, presidenta de la CNSE, nos dimos una vuelta por allí, estuvimos con otras personas sordas que habían viajado también desde Santander. Yo me reencontré con bastantes personas que conocí durante la JMJ, lo cual me hizo mucha ilusión; nos paseamos por los stands de las federaciones, aprovechamos a comprar algunas cosas, a llevarnos recuerdos, a coger material…
Fue un día bonito, de convivencia, en el que no sabíamos muy bien qué nos íbamos a encontrar, pero que mereció la pena.
El resto del finde lo pasamos en compañía de Ricardo y David, los chicos que nos acogieron. No salimos de juerga nocturna, porque el día había sido bastante completito, pero eso hizo que pudiéramos aprovechar el domingo para dar una vuelta por el Rastro de Madrid y por el centro.
En definitiva, que me encantaría poder disfrutar de más findes como ese. Quién sabe, quizá pronto se repita ;).
Nos vemos por la vida.
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